Cullera, El Saler y el Rainbow Warrior

Después de que Natxo saliera de trabajar, a las 7 de la tarde, nos subimos en el coche.

Yo no sabía dónde íbamos... Pero él sí. Como siempre tomamos la dirección norte, se le había ocurrido bajar hacia el sur para ver otras ciudades que nunca vemos...

Me llevó hasta Cullera, a la playa, paraíso de los "vacacionaos". No dudo que la ciudad sea bonita o que tenga encanto, con su castillo y su cueva, pero es que no la vimos. Nosotros tan sólo fuimos a la zona de la playa y me recordó muchísimo al "1, 2, 3". ¿Que por qué? Pues por lo de ganar apartamentos en Torrevieja y todo eso.

A esto me refiero:

Me dio la sensación de un Las Vegas marchito, sin faltar el respeto a nadie, ¿eh? Pero estuvo bien ir a ver otra forma de gestionar el espacio marítimo.

Cuando nos cansamos subimos por hacia casa por la carretera del Saler para ver la Albufera, que estaba preciosa. Será porque hace muchísimo que no paso pero no tenía ni idea de la existencia de un parador de golf y no se cuantos más hoteles y recintos de ocio y me dio mucha rabia verlo así.

Después de cenar, y cuando estábamos llegando a Sagunto, escuchamos por la radio que el Rainbow Warrior (II), el barco mítico de Greenpeace, estaba atracado en el puerto. ¡Pero qué ilusión! Allá que nos fuimos...

Siento las fotos pero no había luz.

A mí me pareció muy emotivo porque nunca lo había visto de cerca, sólo por la TV. Estuvimos un rato viéndolo y haciéndole fotos y cuando no íbamos a ir la gente de cubierta nos dijo adiós con la mano... Nosotros respondimos igual y les dije que tuvieran un feliz viaje... Me dieron las gracias y nos alejamos con una sonrisa en la cara...

Ojalá les vaya bien por el Mediterráneo...



AQUÍ podéis consultar cómo el primer Rainbow Warrior se hundió.

Os dejo con un genial spot no oficial realizado por un estudiante para Greenpeace: